El emergente mediapunta alemán regresa del parón enchufadísimo y pidiendo a gritos salir a un equipo con mayores aspiraciones
Será un milagro que Kai Havertz continúe en el Bayer Leverkusen más allá del próximo verano. Ni siquiera la crisis de mercado que se espera como consecuencia del paso del coronavirus basta para imaginar que los de la aspirina puedan retener a un jugador al que hace mucho tiempo que se le ha quedado pequeño el Bayer y la propia ciudad de Leverkusen. Nada tiene que ver esta aseveración con el hecho de que mida 1’89m. Simplemente está para mucho más, y todo apunta a que no tardará en vestir otra camisetas de futbol baratas.
El Werder Bremen-Bayer Leverkusen de este lunes, cerrando la jornada del regreso de la Bundesliga, no hizo más que confirmarlo una vez más. Porque los de Peter Bosz fueron superiores a su rival en general, pero si hubo una estrella que brilló más que el resto (sin desmerecer a Tapsoba, Aránguiz, Demirbay y Moussa Diaby) esa fue Havertz.
El Leverkusen actuó sin referencia clara, quedando el ataque para el citado Havertz actuando no estrictamente a modo de ‘falso 9’, sino jugando un rol de lo que algunos denominan como atacante moderno. Delanteros sí pero no, estando principalmente fuera del área, pero creando mucho peligro cuando pisó la misma. Muestra de ello es que los dos goles que firmó llegaron en sendos cabezazos de auténtico rematador, uno en jugada y otro en balón parado.
En definitiva, que lo de este lunes no fue más que una nueva exhibición del talento que atesora un Kai Havertz que, con tan solo 20 años, lleva ya tanto tiempo goleando en Bundesliga que en ocasiones hace que nos olvidemos de su juventud. Será el Bayern Múnich o cualquier otro gigante que apueste fuerte, pero el que se lo lleve tendrá un jugadorazo llamado a marcar diferencias durante la próxima década.
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